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Página sobre Desarrollo Personal y Terapias Corporales

LAS SIETE ZONAS DE BLOQUEO, ANÁLISIS DEL CARACTER, WILHEM REICH


TERAPIA ADULTOS, NIÑOS Y ADOLESCENTES.FORMACIÓN DE MONITORAS DE MASAJE INFANTIL.

*Richard Hoff es un Terapeuta americano que forma parte de las nuevas corrientes psicoanalíticas orientadas hacia la integración efectiva, no sólo declamada, de psique y cuerpo. Hacia 1976 desarrolló técnicas para la disolución sistemática de la coraza muscular y caracterial, que es la esencia del trabajo reichiano.

Por Richard Hoff


Años de experiencia clínica con el análisis del carácter condujeron a Reich a su descubrimiento más original y extraordinario: el descubrimiento de la coraza muscular y el famoso trabajo corporal reichiano. El halló que la estructura caracterial neurótica y las emociones reprimidas están en realidad fisiológicamente enraizadas en espasmos musculares crónicos. Las emociones no son meros sentimientos que flotan alrededor del cerebro: toda emoción también involucra un impulso a la acción. La tristeza, por ejemplo, es un sentimiento –un evento psíquico- pero también involucra un impulso a llorar, impulso que es un verdadero evento psíquico que conlleva un determinado tipo de respiración, vocalizaciones, expresiones faciales, y hasta acciones convulsivas de los miembros. Si el intento de llorar tiene que ser suprimido, todos esos impulsos musculares convulsivos tiene que ser suprimidos por medio de un esfuerzo voluntario de contención y de tensión. Sobre todo uno debe contener la respiración. Con esto no sólo se suprimen los sollozos o los gritos, sino que se hace descender el nivel de energía disminuyendo la toma de oxígeno. Además, las tensiones musculares bloquean el flujo de energía que constituye un aspecto esencial de la excitación emocional.



Si la retención muscular llega a hacerse habitual, se convierte en contracciones espásticas crónicas de la musculatura. Estos espasmos se vuelven automáticos, inconscientes; no pueden ser relajados voluntariamente; persisten aún al dormir. La supresión se ha convertido en represión. Los sentimientos y recuerdos olvidados permanecen adormecidos aunque intactos bajo la forma de impulsos de la acción congelados en los músculos y la totalidad de estos espasmos musculares crónicos constituye un sistema de coraza muscular que nos defiende contra los estímulos del exterior, pero también contra los estímulos del interior.


Así, la coraza muscular es el aspecto físico y la coraza caracterial es el aspecto psíquico de nuestro sistema de defensa. Uno es completamente inseparable del otro. Por ej. la sonrisa neurótica que analizamos anteriormente no sólo es una defensa emocional o una actitud psíquica: se trata también de una contracción espástica crónica de la musculatura de la cara. Se la puede atacar en forma efectiva tanto por medios físicos como psíquicos.


[...] Otro de los increíbles descubrimientos de Reich es la disposición de la coraza en segmentos o anillos. Ocurre que, en general, los bloqueos musculares individuales no corresponden a un músculo o a un conducto nervioso determinados, antes bien, ellos se alinean según una disposición segmentada. Los segmentos funcionan transversalmente, formando ángulo recto con el flujo longitudinal natural de la energía biológica. Son como los anillos de un gusano, cuando a éste se lo aprieta, sus anillos se encogen, obturando y desorganizando el sinuoso flujo natural de corrientes longitudinales de energía. Lo mismo que la disposición segmentada de la columna vertebral, de los ganglios autónomos y de los intestinos, los anillos representan al gusano en el hombre.


Reich identificó siete segmentos primordiales de la coraza, el ocular, el oral, el del cuello, el torácico (incluidos los brazos), el diafragmático, el abdominal y el pélvico (incluidas las piernas).


Cada segmento es un anillo o cinturón de tensión que circunda el cuerpo y que también afecta los órganos internos subyacentes. La relativa independencia de estos segmentos se observa en el hecho de que toda actividad emocional o bioenergética en una parte de un segmento tenderá a influir en sus otras partes, mientras que los segmentos adyacentes a menudo mostrarán signos de incremento del acorazamiento o la resistencia, como una reacción defensiva a la presión que ejerce la energía liberada, la cual está tratando de abrirse paso.


[...] El trabajo corporal reichiano es poderoso. Proporciona accesos más rápidos y seguros a zonas del inconsciente que habitualmente son inaccesibles. Liberaciones emocionales profundas, convulsivas y hasta recuerdos reprimidos en las edades más tempranas, emergen espontáneamente , sin esfuerzo especial, simplemente como un subproducto del ablandamiento continuo de las resistencias. La energía, que fluye libremente al haber sido liberada, se introduce en los bloqueos que aún quedan, facilitando su relajación y poniendo en movimiento un proceso de disolución espontánea de acorazamiento que, finalmente, penetra hasta los niveles más profundos del funcionamiento biológico, abriéndose así el camino para el desarrollo pleno del reflejo de orgasmo.


Pero si bien es poderoso, el trabajo corporal sólo es parcialmente efectivo si no va acompañado por el análisis del carácter. En el curso de un tratamiento, a veces hay que poner el énfasis en el trabajo corporal y otras veces en el análisis del carácter. Ambas son partes indispensables, complementarias del trabajo reichiano. El trabajo corporal da pie al trabajo caracterial, pero es la comprensión caractero-analítica lo que hace inteligible y da sentido y dirección a todo el proceso terapéutico.


[...] El camino es arduo, pero las recompensas son inmensas: tus más íntimas profundidades se vuelven a despertar, te liberas de las cargas agobiantes que te mutilaron durante toda la vida y te encontrás con una constante renovación de salud, lucidez, fuerza, vitalidad, amor y la magia de la existencia


Extracto del artículo “Descripción de la Terapia Reichiana” de Richard Hoff, publicado en la revista “Mutantia” Año 1 N°1, Junio-Julio 1980. Bs. As.


*Richard Hoff es un Terapeuta americano que forma parte de las nuevas corrientes psicoanalíticas orientadas hacia la integración efectiva, no sólo declamada, de psique y cuerpo. Hacia 1976 desarrolló técnicas para la disolución sistemática de la coraza muscular y caracterial, que es la esencia del trabajo reichiano.


Por Richard Hoff